
La pobreza, la desigualdad, el daño al medio ambiente, la lucha contra las grandes corporaciones, la guerra contra el narcotráfico, la corrupción, el control de los medios de comunicación, todas las quejas dentro de un movimiento: “Los indignados”. Desde hace unos meses se han llevado a cabo manifestaciones en ciudades de todo el mundo a causa de las injusticias sociales que merman a todos los sectores. Un movimiento que parece alcanzar un nivel nunca antes visto. México, al igual que otros países, también alza la mano, la ciudadanía se encuentra en un punto donde apuesta por un cambio pacífico, integral, sustentable y real. Un movimiento que no tiene un líder, que surge dentro de los individuos que conforman la sociedad.
Estos movimientos se han dado en diferentes países, uno de los primeros fue España, con la ayuda de las redes sociales se logró concretar una pequeña protesta que luego se volvería masiva por la gran empatía con los ideales buscados. El 15 de mayo del presente año salieron a las calles miles de españoles con protestas y propuestas para un cambio radical en su país, lo hicieron en forma de mítines y plantones. Entre las peticiones de los indignados está: mejorar el sistema democrático y político, una nueva organización económica, ya que, según CNN, hay cinco millones de personas que están desempleadas y hacen falta oportunidades para los jóvenes y extranjeros en el campo laboral, lo que lleva a un descontento en la población. A este movimiento se le abrevió 15M haciendo alusión al día de su ejecución, la protesta se ha llevado a cabo en alrededor de 60 ciudades españolas con una asistencia de 130, 000 personas.

En agosto pasado, Inglaterra sufrió algo similar. La diferencia es que estas fueron violentas: disturbios, saqueos, golpes, enfrentamientos con la policía, incendios, destrozos al puro estilo punk inglés. Lo que inicia el movimiento es la muerte de un joven a manos de la policía, lo que dio pie a que los jóvenes se organizaran con ayuda de las redes sociales y salieran a protestar. Las exigencias son casi las mismas, falta de oportunidades, asesinatos de jóvenes, desempleo, la crisis económica que sigue causando un descontento a escalas inimaginables. En Inglaterra las cosas no son muy distintas a España, se han recortado diferentes apoyos en salud y educación, han bajado los salarios y se vive un ambiente de incertidumbre. Estos disturbios demuestran que el descontento es amplio y que el extremismo es parte de nosotros. Es una expresión de la urgencia al cambio.
Pero esto no es todo, el siguiente golpe fue en Wall Street, la famosa calle neoyorquina, meca financiera de los Estados Unidos. En este movimiento la gente se reunió y lo sigue haciendo, primeramente en desacuerdo con el sistema económico imperante el cual “Sólo beneficia y enriquece a unos pocos”. Con el slogan de WE ARE DE 99% haciendo alusión a que la mayoría de la población, no sólo estadounidense sino mundial, vive en la miseria, mientras los empresarios (1%) concentran las riquezas y se quedan con la mayoría del pastel. Esto se llevo a cabo el 17 de Septiembre en Nueva York y lo bautizaron como OCCUPY WALL STREET, pero esto sólo ha sido el principio de una ola inminente de descontentos en todos los rubros de la sociedad: educación, migración, salud, economía, política, cultura, seguridad, empleo. Prácticamente en todas las ciudades de la unión norteamericana se están formando frentes ciudadanos, en su mayoría de jóvenes estudiantes, jubilados y pensionados, con inquietudes de todo tipo, lo interesante es que son las mismas quejas que en España, Londres y otras partes del mundo. El concepto Occupy ha tomado fuerza y se está implementando mundialmente, incluyendo países como Chile, Nueva Zelanda, Tokio, Hong Kong, Canadá, México, Australia entre otros.
En México se realizó el 15 de Octubre pasado el 15-O, dónde miles de mexicanos se dieron cita en el monumento a la Revolución para expresarse en contra de los males que aquejan el país. Con ideas, propuestas y sin violencia se trata de causar impacto en los gobernantes, empresarios y ciudadanos con el fin de hacer un cambio radical. Hace un par de semanas estudiantes se han plantado a las afueras de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) con las mismas quejas que en otros países, invitando a que la gente se una a la causa. También el pasado 5 de noviembre se reunieron fuera de Televisa Chapultepec alrededor de 500 personas pidiendo apertura justa y anti-monopólica en los medios de comunicación, quejas sobre el mal manejo de la información entre otras. Se avecinan más protestas en torno a estos temas, proponer, actuar, participar para cambiar la situación actual.

Tantas quejas, tanto resentimiento, tanto rencor acumulado. Estos movimientos nos dicen que algo no está funcionando, la gente no está contenta con lo que pasa y lo expresa como puede, ya sea de manera pacífica o violenta; aquí está pasando algo fuerte. Se requiere construir una sociedad justa, con oportunidades para todos, donde no hallemos miseria y sea un poco más equitativo. Suena utópico, bastante utópico, pero de alguna manera se tiene que empezar. Esperemos “los indignados” no solo sean una moda y lo dejemos pasar, que estos movimientos se traduzcan en hechos y cambios reales para un mejor futuro.